domingo, 17 de noviembre de 2013

A partir de Ptolomeo se pudo entender que se podía saber la posición de los planetas en el pasado e incluso en el futuro.

Después de Ptolomeo y durante más de mil años la astronomía estuvo olvidada hasta el siglo XV que empezó a correr lo que se daría el llamar la teoría Heliocéntrica.

Esta teoría decía que el centro del universo era el Sol y no la tierra como se creía hasta el momento.

Esto horrorizó al clero cristiano que consideró que este pensamiento contradecía la palabra de Dios.


Irónicamente el primer impulsor de esta teoría era un diácono eclesiástico de Polonia llamado Nicolás Copérnico.

Nicolás Copérnico

Cuando Copérnico quitó del centro del universo a la Tierra y puso al Sol, y además pensó que los planetas giraban alrededor del Sol y no de la Tierra, se dio cuenta que Mercurio (tarda 3 meses aproximadamente en dar una vuelta alrededor del Sol) quedaba automáticamente como el planeta más cercano al Sol y dejaba a Saturno (tarda unos 30 años en dar una vuelta alrededor del Sol) como el planeta conocido más lejano y más lento.

También postuló que la Tierra rotaba alrededor de sí misma una vez cada 24 horas y que no era el cielo el que se movía si no que nos movíamos nosotros.

Copérnico, como eclesiástico, no quiso publicar su libro "Sobre las revoluciones de las esferas celestes" hasta que en su lecho de muerte dio permiso para ello, ya que sus teorías contravenían las creencias de la iglesia del tiempo.

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